Rascanya

Entrevista en la Revista iagua :
La ciudad de València ofrece unas
características idóneas para aplicar los ODS


Pobres de vosotros, pobres de vosotros que apenas podéis calentaros mientras a mediados de enero me siento bajo los naranjos en flor, con la frente empapada en sudor, o recorro campos que, regados por millares de canales, dan cinco cosechas de arroz, de centeno, de cáñamo, de guisantes y de algodón – ¡ Qué fácilmente se olvida el estado de los caminos y de las posadas, en donde a veces no hay ni pan, frente a esta abundancia de plantas y de estas formas humanas, de una belleza indescriptible!

(Alexander von Humboldt, Abril 20, 1799)


Esta investigación está interesada por el paisaje y en especial, con el sistema hidráulico de la huerta valenciana, por su relevancia en la contribución histórica y cultural de este territorio. De este modo, se fundamenta en la acequia de la Rascanya, una de las ocho acequias más significativas que dibujaban el entramado de la ciudad de Valencia y sus alrededores.
A través de la elaboración de cartografías artísticas que puedan visualizar el estudio y análisis del trayecto de esta acequia. Esta actividad se convertirá en la estrategia para reflexionar sobre nuestra relación con el territorio.
Al mismo tiempo, queremos utilizar la tecnología vigente y los modos de lectura contemporánea para descifrar y desvelar información que corre el riesgo de desaparecer en nuestro paisaje. La tecnología ha facilitado la optimización del espacio y del tiempo, dando lugar a la reducción de sus magnitudes, como también a la uniformidad en la geografía urbana. Ante la propensión por la visualización de datos, se considera oportuno la vertiente de mostrar y rescatar datos que fueron claves en otro tiempo.
La conciliación con nuestro territorio, nos puede ayudar al desarrollo de nuevas narrativas y contribuir a la configuración de una cartografía con las preocupaciones e inquietudes contemporáneas.
montaje elementos_acequia


En esta nueva etapa de la sociedad postindustrial y posmoderna, empieza a consolidarse la idea del respeto y convivencia de los elementos identificativos de un territorio. A pesar de la incapacidad de la modernidad por el respeto de los vestigios del pasado. Hoy en día, podemos encontrarnos una cultura de la intervención y conservación en los paisajes preexistentes, con medidas de sostenibilidad y reciclaje en el entorno. La sociedad empieza a ser consciente del importante papel que tienen los rasgos distintivos de un colectivo. De ahí, la búsqueda de nuevos equilibrios ambientales y la voluntad de recreación de la memoria colectiva. Esta nueva concepción y respeto está conservando incluso las arquitecturas industriales, los ejes fluviales, y cualquier tipo de infraestructuras preexistentes de la sociedad industrial en desuso, y que aún sobreviven.